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lunes, 5 de enero de 2015

Cómo ganar la confianza de los niños para ayudarlos a crecer


Foto: Roberto Ortega, todos los derechos reservados
Foto: Roberto Ortega
 ¿Conoces a una persona que desde el primer momento te inspiró confianza?, seguro recuerdas la seguridad que te hizo sentir y la necesidad de repetir el encuentro. ¡Qué maravilloso seria si todos fueran así! ¿No lo crees?

Ahora, ¿Qué pensarías si te digo que es posible?, que puedo darte las claves para que, de manera consiente, puedas convertirte en el centro de confianza de tus alumnos, de los padres de familia y en general del resto de los mortales.

Lo cierto es que no es ningún secreto, ni mucho menos un invento mío. Lo que hoy quiero compartir contigo es una estrategia que muchas personas usan para mejorar sus relaciones personales, su desarrollo profesional y hasta sus ingresos.

«Hacer clic», es vincularnos con el otro, encontrar en él algunos puntos de conexión que nos unan y por tanto que nos ayuden a establecer relaciones más profundas y duraderas. Mucho hemos escuchado que ese nivel de empatía sólo se logra con el tiempo, pero cuando termines de leer esto, sabrás que es posible «Hacer clic», con cualquier persona y en cualquier momento usando recursos que ya tienes y puedes utilizar desde ahora.

Antes de continuar me parece oportuno hacer una aclaración: este espacio está dirigido a nuestro trabajo como educadores, por lo tanto,  las estrategias que propongo están planteadas dentro del contexto educativo, sin embargo, notarás que es muy sencillo trasladarlas a cualquier ámbito en el que te desarrolles.

Hecha la aclaración, empecemos por el principio:

¿Para qué establecer sintonía?
Cuando estableces una relación de armonía, la comunicación mejora notablemente, tu actitud cambia, te interesa dar y estás predispuesto a recibir. ¿No es éste el estado ideal para aprender? Con sintonía te comunicas de manera más eficiente y significativa con los demás, de este modo logras cambios de conducta y preparas el terreno para realizar transformaciones más profundas.
¡Imagina los resultados cuando sintonizas con tus alumnos!

¿Cómo nos comunicamos?
Los expertos afirman que en una conversación, sólo el 7% del mensaje que trasmitimos proviene de nuestras palabras, el resto 83% corresponde al lenguaje corporal y al tono de voz que utilizamos. Esto quiere decir que el mensaje que ahora lees, sería ¡83% más efectivo! si estuviera hablando frente a ti, con el tono de voz y el lenguaje corporal adecuado. ¿No te parece increíble?

Richard Bandler y John Grinder creadores de la PNL (programación neurolingüística) pensaron lo mismo y propusieron un modelo de comunicación efectiva al que llamaron “Modelo de Milton” en honor Dr Milton H. Erickson, uno de los más prestigiados hipnoterapeutas.

Milton consiguió establecer vínculos de gran profundidad con sus pacientes, en pocos minutos, con sólo reproducir sus patrones de respiración, postura, tono de voz y gestualidad; en resumen, utilizando el poder de ese 83% que no aprovechamos en la comunicación.
Como resultado de esta estrategia, individuos que no lo habían visto jamás confiaban en él de repente y sin el menor titubeo. Ahora piensa,  ¿No te parece increíble la facilidad con la que puedes relacionarte cuando utilizas correctamente las palabras y el lenguaje corporal?

¿Cómo puedo establecer sintonía con los demás?

 Al establecer una conversación, emitimos mensajes simultaneaos  a diferentes niveles; mientras que las palabras operan sobre la mente consciente del interlocutor, el lenguaje corporal y el tono de la voz actúan sobre su inconsciente. En este nivel se encuentran los patrones que definen nuestra actitud, por ello una vez que el cerebro piensa: « ¡Bien, si esa persona es como yo, puedo confiar en ella…! » se produce una atracción tremenda, un vínculo fuerte, mucho más eficaz porque es casi inmediato y no es juzgado por la razón; es decir, se ancla en el inconsciente.

Ahora prepárate a conocer los rasgos físicos básicos que puedes reproducir y utilizar para sintonizar con los pequeños.

Comienza con su voz:

La voz
Ajústate a su volumen de voz, el tuyo jamás debe ser más alto.
Modera tu velocidad, identifica el ritmo y las pausas que utiliza, las niñas suelen hablar con más prisa que los niños y los niños con problemas de lenguaje pueden verse abrumados ante un discurso rápido y sin pausas.
Escucha el tono de su voz, con él puedes identificar muchas de su emociones, recuerda que ellos pueden hacer lo mismo con el tuyo.





Imita sus posturas:

Las posturas
Pon tus ojos al nivel de los suyos, cuando hablas de pie los niños reciben un mensaje de autoridad que establece una barrera entre ambos y restringe su confianza. Las niñas suelen tener posturas y ademanes fácilmente reconocibles, mientras que los niños utilizan más los gestos, aprende a imitarlos y a distinguirlos.
Recuerda que para ganar su confianza no necesitas interpretar su lenguaje corporal, basta que ello pueda velo reflejado en ti.




Corresponde su manera de mirar:

La mirada
Algunas personas desvian la mirada mientras conversamos con ellas, esto no siempre es una mala señal, sobretodo en los niños. Para ganar su confianza evita incomodarlos con un contacto visual constante, por otra parte, corresponde sosteniendo la mirada a los pequeños  que acostumbran hablar mientras te miran a los ojos.
Dicen que la mirada es lo más difícil de imitar, pero intenta este truco:lleva a tu mente una experiencia que despierte en ti, la misma emoción que identificas en el pequeño, tu mirada se transformará de inmediato y te aseguro que lo notará.



Reproduce su manera de andar:
La manera de andar
Me gusta este punto por lo fácil que puedes ver los resultados.  ¿Quieres probarlo? Organiza un juego en el que todos caminen en fila, luego pídeles que imiten tu forma de andar, puedes hacerlo sutil o muy escandaloso, notarás cómo casi de inmediato, todos entran en sintonía, tienen el mismo humor, cambian su actitud y comienzan a convivir de manera más armónica.   
No es necesario reproducir todas las características de una persona para crear un estado de empatía. basta con empezar por el tono de voz o por una simple expresión facial para alcanzar un aceptable grado de confianza.

Estos son los elementos básicos para establecer sintonía, pero no creas lo que te digo, en lugar de eso, ¡pruébalo! y observa qué sucede cuando reflejas simétricamente a los demás, qué pasa cuando te detienes, qué hacen las personas que están en sintonía. Empieza por ser consciente de lo que haces para que puedas hacerlo de manera natural y decidir cuándo utilizarlo.

Recuerda que en este momento el objetivo es convertirnos en un centro de confianza para el otro, no interpretar ni juzgar el significado de su comportamiento.

Para finalizar, debo decirte que existe otro recurso para establecer sintonía, se trata de reproducir los patrones lingüísticos del otro, es decir su manera de hablar. Cuando reúnes esto con los recursos que hoy aprendiste obtienes resultados increíbles. ¿Te gustaría aprender a hacerlo? 

Te invito a estar pendiente de las publicaciones en el blog, pronto te diré cómo usar el lenguaje para obtener la respuesta que deseas.

Actualización: Recientemente descubrí el blog "Justifica tu respuesta" verdaderamente recomendable. Para muestra te invito a consultar El mapa de la empatía a propósito del tema que nos ocupa.

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