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viernes, 12 de diciembre de 2014

¿Qué tal un cuento para leer y hablar de valores a los más pequeños?


Los cuentos son una forma sencilla y entretenida de reflexionar con los niños. Entre las actividades para imprimir, una de mis favoritas es la lectura de imágenes y textos para reflexionar sobre los valores.



Leer imágenes es una actividad que comparte muchos procesos con la lectura de textos, por ello resulta muy útil como ejercicio de preparación para la lectura convencional.
Identificar acciones y personajes, describir escenarios, realizar inferencias o establecer relaciones entre los hechos que se muestran, son sólo algunas de las habilidades que se ponen en juego cuando leemos una imagen.

En esta entrada les comparto una historia que escribí para compartir con los más pequeños y reflexionar sobre la justicia, la honestidad y el diálogo.
La intención didáctica es doble, primero realizar un ejercicio de comunicación oral en la que los niños puedan expresarse libremente e ir organizando poco a poco sus ideas; después un ejercicio de lectura, (guiada o autónoma dependiendo la madurez del niño) en la que pueda comprobar sus hipótesis, practicar su habilidad lectora, descubrir palabras nuevas etcétera.
El componente transversal lo aporta, por supuesto, la reflexión sobre las actitudes que muestran los personajes para identificar algunos valores.

Sugerencias didácticas:
Invitarlos a observar la imagen (que anexo abajo) y pedirles que la describan, puedes orientar a los niños para que construyan una historia a partir de preguntas básicas: ¿qué?, ¿quién?, ¿dónde?, ¿cómo?, ¿cuándo?, etcétera.
Luego del primer momento, puedes leer el texto o pedirles que lo lean para identificar las coincidencias y diferencias con la historia que construyeron, así como reflexionar sobre el comportamiento de los personajes.

Pequeños detectives, el misterio de las paletas


Un día, Tania olvidó su paleta de hielo junto a la ventana y cuando regresó, ¡no podía creerlo! En medio de algo que parecía una mancha estaba el palito solo.
Molesta, Tania llamó a David y lo acusó de comerse su paleta.
–Yo no fui –dijo David–, pero estoy casi seguro de que fue
Bigotón.
– ¿Bigotón?
–Sí, seguro se subió a la ventana persiguiendo un ratón, pero cuando vio tu paleta, se la comió para quitarse el calor.
– ¡Los gatos no comen paletas! –replicó Tania muy enojada.
–Tienes razón. Entonces… ¡fue Lola!
–A mí ni me metan –dijo Lola, quien en ese momento regresaba de la cocina–. Quizá fueron los marcianos, dicen que en Marte hace mucho calor, así que cuando vieron tu paleta con sus potentes telescopios, seguro vinieron y se la llevaron.
– ¿Y por qué dejaron el palito?
–Ah, pues porque estaba deliciosa y no se aguantaron las ganas de comérsela aquí…
El abuelo Luis que los escuchaba divertido, les dijo:
–Inteligentes explicaciones, ¿pero qué tal si antes de seguir culpando a los demás buscamos pruebas, como los detectives?
–Sí –gritaron todos, y luego preguntaron–: ¿pero cómo?
–Dejamos otra paleta y nos ocultamos, si al ladrón le gustó, seguro volverá por más.
– ¡Claro! Pero si nadie regresa, yo sabré quienes son los culpables –exclamó Tania, mirando con recelo a sus primos.
Así,  sacaron  cuatro  paletas  del  congelador,  colocaron cada una en un vaso junto a la ventana y se escondieron tras el sillón a esperar… pero no tardaron mucho en averiguar lo que había pasado, con el calor del sol, las paletas comenzaron a derretirse…
–Lo ves, Tanía –dijo el abuelo muy serio–. Nunca debes culpar a alguien sin estar segura de lo que pasó.
Tania se puso roja de la vergüenza y sus primos estaban a punto de reírse de ella, cuando el abuelo les dijo:
–Y ustedes, nunca deben decir mentiras para librarse de un problema. ¿Estamos de acuerdo?
Los niños se pusieron serios y prometieron  no  volver  a  hacerlo.  Entonces  el abuelo  llevó  los  vasos  con  agua  al congelador  y  más  tarde  todos  comían divertidos una paleta con forma de vaso.

Adrián Ortega
Quiero aprender 3. Cuaderno de trabajo. 
Ambientes de aprendizaje para el desarrollo de competencias
© 2013 Roberto Adrián Ortega Delgado
© 2013 Alfaomega Grupo Editor, S.A. de C.V.
Página web:

http://www.alfaomega.com.mx
E-mail: 
escolar@alfaomega.com.mx
ISBN de la serie: 978-607-707-623-0
ISBN del cuaderno: 978-607-707-629-2

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